Archivos para octubre, 2011

El 11 de enero de 1941 el Fiscal Instructor solicita al Juzgado de Instrucción de Manzanares información sobre las circunstancias especiales en que fue asesinado el sacerdote D. Bernardo Atochero López, de quien se desprende, según información remitida por el Obispado Priorato de Ciudad Real, fue enterrado vivo.

El 27 de enero de 1941, el Juez de Instrucción de Manzanares informa al Fiscal que el sacerdote no reside en esta ciudad y sí en Daimiel, por lo que el Fiscal se dirige al Juzgado de Instrucción de Daimiel –el 27 de enero de 1941- para que informe de las circunstancias que concurrieron en el asesinato en época marxista del sacerdote. Dicha información ha sido facilitada por el alcalde de Manzanares en carta de 25 de enero de 1941 que dice así:

“… Don Bernardo Atochero López parece ser es natural de Membrilla y no de esta localidad, como se indica, este Sr. venía muy poco por el citado pueblo viviendo en Daimiel y estando adscrito a una de aquellas parroquias pudiendo dirigirse al Sr. Cura Párroco de San Pedro en mencionado pueblo ya que este Sr., por su edad y ser el único superviviente de sacerdotes en aquella localidad, será el que pueda facilitar algunos informes pues por razón del Ministerio y de su cargo tendría amistades con él aun cuando no estuviera adscrito a su Parroquia y lo estuviera a la de Santa María. Con relación a las causas que concurrieran en la muerte de este Sr. los informantes manifiestan que los desconocen.”

El 3 de febrero, el Fiscal solicita la información al Juez de Instrucción de Daimiel –Sr. Briso de Montiano- que a su vez la solicita al alcalde, al comandante del Puesto de la Guardia Civil y a la Jefatura Local de Falange Española Tradicionalista y de las JONS de esta localidad. Las contestaciones son las siguientes:

Del alcalde

“A este Sr. le llevaron al cementerio y le hicieron abrir una fosa, cuando terminó le dispararon un tiro, no quedando muerto en el acto, metieronle con vida en la misma, diciéndoles el Sacerdote: tirarme otro tiro que estoy vivo, el cual le fue disparado sin conseguir tampoco el objeto que se proponía pues a la media hora le echaron una esportilla de cal y al caerle en las heridas dijo que todavía estaba vivo, entonces fue enterrado hasta los hombros y después empezaron a darle puntapiés en la cabeza, como si fuera una pelota, hasta el extremo de hacerlo morir de esta forma, sobre estos extremos puede deponer D. Tiburcio Ruiz de la Hermosa (7 de febrero de 1941.)”

Del comandante de la Guardia Civil:

“… A dicho Señor –en referencia al sacerdote asesinado- lo llevaron vivo al cementerio, haciéndole cavar la fosa en la que tenía que ser enterrado y una vez terminada ésta, le dispararon un tiro y, creyéndolo muerto, lo echaron a la fosa poniéndole de rodillas en la misma, con la cabeza fuera rociándolo con cal viva. Entonces dicho Señor les dijo que le dispararán otro tiro porque todavía tenía vida, como así lo hicieron, interviniendo en este hecho los vecinos de esta ciudad Claudio Campos Aparicio, Antonio Gómez del Moral –apodado “Picota”- y Casiano Alegre Corniel (15 de febrero de 1941.)”

De la Falange Tradicionalista y de las J.O.N.S.

“…Que según los datos que se han podido recoger sobre el asesinato del Sacerdote D. Bernardo Atochero López, se ignora si dicho Sr. fue enterrado o no vivo, pues este detalle de la muerte sólo se sabe de referencia, pero sin que nadie pueda atestiguar este hecho (15 de marzo de 1941.)”

El 21 de marzo de 1941, el Sr. Briso de Montiano envía toda esta información al Sr. Fiscal Instructor de la Causa General de la provincia de Ciudad Real. Éste, a su vez, ordena al Municipal de Daimiel que se reciba declaración de D. Tiburcio Ruiz de la Hermosa para que manifieste las circunstancias que concurrieron en el asesinato y solicita al alcalde de Daimiel información sobre si han sido denunciados los vecinos implicados –según el informe del comandante de la Guardia Civil.

D. Tiburcio Ruiz de la Hermosa declara lo siguiente:

“…Que en los primeros días de la revolución, el Comité rojo local llevó a una checa al sacerdote D. Bernardo Atochero y López Peláez. Que por tener una avanzada edad le obligaron a entregar una crecida cantidad de miles de pesetas y pretendieron que negara a Dios, cosa que no pudieron conseguir y ya entregadas las pesetas lo dejaron marchar a su casa, donde estuvo hasta el día 23 de agosto de 1936, enfermo en cama y sacándolo de ella lo llevaron al cementerio haciéndole cavar una parte de la fosa donde iban a enterrarle.

Que al ver que le apuntaban para matarlo pidió clemencia a sus verdugos los cuales le ofendieron de palabra y obra, y él entonces les dijo que los perdonaba; acto seguido le hicieron dos disparos cayendo a la fosa y le echaron fuera. Como se hallase vivo, se incorporó volviéndoles a suplicar perdón y abrazándose a las piernas de uno, el cual llamándole “maricón” y otros insultos, le golpeó la cara y cabeza con los pies y le volvieron a hacer más disparos, tirándole de nuevo a la fosa y siguiendo enterrándolo y como tampoco hubiere muerto de estos disparos, se incorporó y en este estado le enterraron dejándole la cabeza fuera y diciendo que era buena pelota para jugar al balón, dándole patadas y golpes y dejándolo así para que expirará (30 de abril de 1942.)”

El 27 de abril de 1942, el Sr. Fiscal de la Causa General solicita le informe el Ayuntamiento de la misma localidad si han sido denunciados Claudio Campos Aparicio, Antonio Gómez del Moral –alias Picota- y Casiano Alegre –dirigente marxista de tal localidad. El Ayuntamiento informa, el 1 de mayo de 1942, que Claudio y Casiano fueron denunciados a las autoridades militares y juzgados en Daimiel en Consejo de Guerra y que a “Picota” se le sigue procedimiento sumarísimo ordinario núm. 2854 de 1941, teniendo conocimiento se encuentra en Marruecos francés y tener solicitado su extradición.

El once de enero de 1941, el Sr. Fiscal Instructor de la Causa General en Ciudad Real solicita al Juzgado de Instrucción de Daimiel que se practiquen las diligencias necesarias a fin de que se esclarezcan las circunstancias especiales en que fue asesinado en época marxista el sacerdote D. Santiago García Mateos ya que -según información remitida por el Obispado Priorato de Ciudad Real- fue atado con cuerdas a un automóvil y arrastrado por las calles del pueblo.

El 4 de febrero de 1941, el Juzgado de 1ª Instancia de Daimiel comunica al Sr. Fiscal que va a proceder sin dilación a practicar la oportuna información a fin de conocer las circunstancias que concurrieron en el asesinato del sacerdote. Este mismo Juzgado, el 16 de enero de 1941, cita a los vecinos de Daimiel Gabriel Guijarro Bastante y Lorenzo Moreno García-Muñoz ya que consta que pueden facilitar algunos datos relativos al asesinato. Las declaraciones de ambos son las siguientes:

Gabriel Guijarro Bastante declara que el 21 de agosto de 1936 se hallaba en la farmacia que entonces tenía D. Joaquín Fisac –de la cual es mancebo- y presenció que D. Santiago García de Mateos (que estaba refugiado en la casa de D. Joaquín) fue sacado violentamente por Carmelo Maroto, Julián García Maroto –apodado “EL BU”- y Agustín Gómez del Moral –apodado “PICOTA”- regresando a los pocos minutos diciendo que iba a recoger el dinero y salió acompañado de Casiano Alegre Corniel y de Gabino Sáez, sin que regresase a la casa, pero sabe el declarante que fue encerrado en la checa establecida en el Convento de las Religiosas Mínimas de donde fue sacado aquella misma noche, ignorando las condiciones en que fue conducido al asesinato, sabiendo únicamente como rumor público que todos los Sacerdotes fueron conducidos en una camioneta, pero sí sabe, que en esa noche estaban en la dicha checa Lorenzo Moreno y Remedios Martín de la Sierra en calidad de detenidos (17 de enero de 1941.)

Lorenzo Moreno García-Muñoz declara que la noche del 22 de agosto de 1936, estaba detenido en la prisión establecida en el Convento de las Religiosas Mínimas, y a las dos o dos y media de la madrugada oyó mucho ruido y pasos de personas en el piso alto. Ese ruido obedecía a que Gabriel Córdova, Casiano Alegre y Esteban Gómez, conocido por Estebillan, se llevaban para asesinar a D. Santiago García de Mateos, Ángel López Borondo, Ángel Matías Márquez y Eulalio Blanco y Aguirre. Que sobre las tres de esa misma noche sacaron también al declarante los mismos dichos conduciéndole a la carretera del cementerio y diciéndole que ya habían matado a quince y el hacía el dieciséis, según le dijo el dicho Estebillan. Que él no vio salir a D. Santiago ni presenció cómo lo llevaban pero se sabe de rumor público en la población que fue atado a la trasera del coche y arrastrado por el suelo hasta llegar al cementerio (17 de enero de 1941.)

Basándose en la declaración de Gabriel Guijarro Bastante, el diecisiete de enero de 1941, el Juez de Instrucción de Daimiel –Sr. Brisco de Montiano- cita a declarar a Remedios Martín de la Sierra y Aquilino Carranza Ruiz de la Hermosa. Estas son sus declaraciones:

Aquilino Carranza  Ruiz de la Hermosa declara que en el mes de agosto de 1936, sin que pueda precisar la fecha, encontrándose detenido por la horda marxista en la checa de las Mínimas de esta población se enteró de que habían llevado también detenido al sacerdote Don Santiago García de Mateo, y que aquella madrugada lo habían sacado para asesinarlo; que posteriormente y de rumor público se ha enterado que a dicho sacerdote lo habían atado a las ruedas de un automóvil o en la trasera de dicho coche y así lo habían llevado arrastrando, pero que no puede designar persona alguna determinada para corroborar dichos extremos (22 de enero de 1941.)

Remedios Martín de la Sierra Ortega declara que hallándose detenida en la checa que los rojos tenían en esta ciudad en el Convento de las Religiosas Mínimas, cree que fue el 21 de agosto de 1936 cuando vio en dicha checa a Don Santiago García Mateos –Párroco de Santa María de esta población- que lo llevaron detenido y cree que en la madrugada del 22 lo sacaron de dicha checa con otros y lo asesinaron, pues y no lo volvió a ver; que ignora la forma en que fue asesinado dicho sacerdote y no ha oído decir que hubiese sido atado a las ruedas de un automóvil y arrastrado por las calles del pueblo (25 de enero de 1941.)

El 10 de febrero de 1945, la Guardia Civil informa al Sr. Fiscal que de las averiguaciones realizadas resulta que el sacerdote no fue arrastrado por un automóvil.

El Inspector Policía del Ayuntamiento de Daimiel, el 19 de febrero de 1941, comunica al Sr. Fiscal que de las gestiones realizadas no hay ninguna que acredite ser cierto que ataran al sacerdote con cuerdas a un automóvil y lo arrastraran por las calles del pueblo.

El 27 de abril de 1942, el Sr. Fiscal de la Causa General solicita le informe el Ayuntamiento de la misma localidad si han sido denunciados Claudio Campos Aparicio, Antonio Gómez del Moral –alias Picota- y Casiano Alegre –dirigente marxista de tal localidad. El Ayuntamiento informa, el 1 de mayo de 1942, que Claudio y Casiano fueron denunciados a las autoridades militares y juzgados en Daimiel en Consejo de Guerra y que a “Picota” se le sigue procedimiento sumarísimo ordinario núm. 2854 de 1941, teniendo conocimiento se encuentra en Marruecos francés y tener solicitado su extradición.

Templos y conventos

Publicado: octubre 30, 2011 en Persecución religiosa

DESTRUIDOS

Capital

Fue totalmente demolida la iglesia del Carmen, junto al Hospital Provincial.

Pueblos

La iglesia parroquial de Criptana, totalmente destruida mediante el fuego y la piqueta, no dejando sino los cimientos. La iglesia de la Virgen de Gracia, Patrona de Puertollano, lo mismo que la anterior.

Fueron incendiadas, quedando notablemente mutiladas y damnificadas, las iglesias parroquiales de La Solana, Membrilla, Manzanares y Puertollano y otras iglesias de estos mismos pueblos y otros.

También fueron destruidas total o parcialmente algunas ermitas y santuarios de menor importancia.

PROFANADOS Y SAQUEADOS

Puede decirse que todos, tanto en la capital como en los pueblos. En los primeros días del Movimiento todas las iglesias fueron cerradas al culto e incautadas, entrando luego las turbas al saqueo y pillaje de los ornamentos y vasos sagrados y objetos del culto. Después las fueron destinando a refugio de evacuados que en gran número vinieron a Ciudad Real a la provincia, garajes, depósitos de víveres.

La Catedral fue incautada y destinada primero a garaje y después a albergue de evacuados. Sus dependencias fueron ocupadas para oficinas de la Liga masónica de defensa de los derechos del hombre, asistencia social y beneficencia.

La iglesia parroquial de Santa Cruz de Mudela fue convertida en teatro. La de Madre de Dios a mercado público y muchas de otros pueblos a estos mismos usos u otros semejantes (la de Madre de Dios de Almagro)

Los edificios de los Conventos de uno y otro sexo corrieron la misma suerte que sus respectivas iglesias.

PROFANACIONES SEÑALADAS

Aunque los sacerdotes procuraron en los primeros momentos evitar la profanación de las SAGRADAS FORMAS (y muchos lo consiguieron poniendo en grave riesgo su vida) se cometieron horrendos sacrilegios:

En Alcázar de San Juan se apoderaron de Ellas y entre burlas y blasfemias las comieron simulando la Sagrada Comunión entre unos y otros.

En Valdepeñas fueron arrojadas por el suelo y acaso en lugares inmundos, capitaneados los sacrilegios por el dirigente principal del pueblo y algunos jóvenes. En Tomelloso y Pedro Muñoz sufrieron igual género de profanación.

La profanación de las Sagradas imágenes fue general tanto en la capital como en los pueblos. Al entrar al saqueo de los templos eran arrojadas al suelo desde sus altares, y unas veces dentro del templo y otras fuera eran hechas pedazos a golpe de martillo, arrastradas por las calles, expuestas en los caminos y entradas de los pueblos como objetos de ludibrio o quemadas en las plazas entre burlas y blasfemias.

Es rara la parroquia o iglesia que haya podido salvar sus imágenes de la furia iconoclasta de los profanadores, sin exceptuar las más veneradas por su historia o por su arte y devoción.

Se dice que con la imagen de la Ssma. Virgen del Prado, patrona de la capital, se llegó a hacer una parodio execrable, fingiendo casarse un hombre con ella y terminando por arrojarla al templo desde la hornacina de su camarín.

La imagen de talla de Jesús Nazareno, atribuida a Montañés o a un discípulo suyo, de la Parroquia de San Pedro y a la que se profesaba mucha devoción en Ciudad Real, fue hecha pedazos y después quemada.

En Alcázar de San Juan desapareció la imagen de Santa Victoria, que contenía restos del cuerpo de la Santa.

Lo mismo decimos de muchísimos relicarios con el Lignum Crucis y reliquias de Santos, sin que podamos precisar las circunstancias de su desaparición. El relicario más preciado de la Diócesis, por le número y calidad de las reliquias traídas de Roma a fines del siglo XVIII estaba en la parroquia de Infantes y ha sido destruido totalmente. Conservaba un trozo de Lignum Crucis, que era objeto de gran veneración.

Seglares asesinados

Publicado: octubre 30, 2011 en Persecución religiosa

El número de fieles asesinados, según los datos que durante los primeros meses de la liberación fueron recibiéndose, que no son completos, asciende a 2.420. Sin embargo, por referencias fidedignas puede asegurarse que son muchos más: acaso lleguen a 5.000.

De estos bastantes fueron asesinados sin más causa que haberse distinguido por su fe y adhesión a la Iglesia. Entre estos merecen especial mención seis jóvenes de Acción Católica de La Solana; Antonio Santos, Presidente de la Adoración Nocturna y Sebastián Ramos, vocal de la Directiva de Acción Católica de Alcázar de San Juan; toda la Junta Directiva –compuesta de seis jóvenes entre los 16 y 20 años- de Criptana; José Varela y Marcelina Vélez, Presidente y Presidenta, respectivamente de Acción Católica de Santa Cruz de Mudela; José Martín Gil, de Daimiel, cristiano ejemplar y jefe de una familia cristianísima; Don Aureliano Martín, de Malagón, que declaró ante el Comité que estaba dispuesto a morir por sus creencias y se negó a blasfemar como le exigían, exhortando a morir por Dios a los encarcelados con él y en el momento del sacrificio dejo que perdonaba a sus enemigos y murió gritando, Viva Cristo Rey; Don Joaquín Simancas, también de Malagón, fue asimismo asesinado por su ideal religioso y animó a su propio padre, también detenido, a morir por Dios. Y lo mismo puede decirse de D. Ángel García del Castillo, que murió dando pruebas inequívocas de fe cristiana. Don Felicidad León, de Calzada de Calatrava, que el día anterior a su martirio, dijo a un sacerdote que si moría lo hacía a gusto por la Religión, la Patria y el Sacerdocio.

JESUITAS.- PP. Manuel González Hernández y José Sánchez Oliva. Hermanos: Domingo Ibanlucea Oregui y Antonio Sánchez Martínez.

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.- PP. Francisco García García, Tomás Ramos Muñoz y Policarpo Oca Sanmartin. Hermano Coadjutor: Felipe G. de Heredia Barahona. (Además fueron asesinado fuera de la capital otros veintitrés miembros de esta Congregación, entre Padres, Estudiantes Profesos y Hermanos Coadjutores o legos)

MARIANISTAS DEL COLEGIO DE NUESTRA SEÑORA DEL PRADO.- D. Fidel Fuidio García, D. Carlos Eraña, D. Mauricio Fernández, D. Cecilio Palacios, D. Jaime Rosas y D. Eleuterio Camacho, D. Jesús Hita y D. Leonardo Garay. Otro miembro de este Comunidad Don Bonifacio de la Fuente, huyendo fue detenido en Andújar y desapareció.

DOMINICOS DEL CONVENTO DE ALMAGRO.- PP. Ángel Marina Álvarez, Prior, Manuel Herba Pereira, Antonio Trancho Andrés, José Luis Bádenes, Natalio Camazón Junquera, Luis Suárez Velasco, Eduardo Sainz Lantarón, José Garrido Francés, Pedro López Delgado. Estudiantes profesos: Francisco Santos Cadierno, José Prieto Fuentes, Paulino Reollo García, Santiago Aparicio López, Ricardo López López, Justo Vicente Sánchez, Sebastián Sainz, Manuel Santiago, Francisco Fernández Viejo. Novicios de Coro: Antolín Martínez Santos, José Delgado, Daniel Pérez Doncel. Hermanos conversos: Antonio de la Viuda Solla, Dionisio Pérez Pérez, Ovidio Bravo Porras, Mateo del Prado Fernández, Ubaldo Albacete, Fernando García de Dios. Estudiantes colegiales: Honorio Fernández Fernández y Manuel García Álvarez.

En total 28.

FRANCISCANOS DEL CONVENTO DE ALMAGRO.- PP. Felipe Sáez Santos y Máximo Durana Rodríguez. Se dice que el primero fue asesinado en Miguelturra y el segundo en Pozuelo de Calatrava.

TRINITARIOS DEL CONVENTO DE ALCÁZAR DE SAN JUAN.- PP. Hermenegildo, Francisco, Plácido, Antonio y Buenaventura y el Hermano Esteban.

FRANCISCANOS DEL CONVENTO DE ALCÁZAR DE SAN JUAN.- PP. Martín Gómez, Guardián, Antonio López, Diego Bernalte, Ezequiel Moreno y Laureano Alday; y Hermanos legos, Antonio y Donato Gabriel López.

MERCEDARIOS DEL CONVENTO DE HERENCIA.- PP. Eliseo Pérez, Superior, Luis Arias y Jesús Tizón; y Hermanos legos Ramón y Olimpio.

HERMANOS DE LA DOCTRINA CRISTIANA DE SANTA CRUZ DE MUDELA.- Hermanos Isidro Muñoz, Antolín Martínez, Ángel Olaya, Valeriano Ruiz Peral y Urbano Corral González. Asesinados en el cementerio de Valdepeñas.

HERMANOS MARISTAS DEL COLEGIO DE MANZANARES.- Dos, ignorando sus nombres.

PASIONISTAS DEL CONVENTO DE DAIMIEL.- PP. Nicéforo de Jesús y María, Provincial, Germán de Jesús y María, Rector, Juan Pedro de San Antonio, Felipe del Sagrado Corazón de María, Ildefonso de la Cruz, Pedro del Corazón de Jesús, Justiniano de San Gabriel. Estudiantes de Filosofía: Eufrasio del Amor Misericordioso, Mauricio del Niño Jesús, Tomás del Ssmo. Sacramento, José de los Sagrados Corazones, José de Jesús y María, Julio del Sagrado Corazón de Jesús, Félix de las Cinco Llagas, José María de Jesús Agonizante, Fulgencio del Corazón de María, Honorino de la Virgen Dolorosa, Laurino de Jesús Crucificado, Epifanio de Jesús Crucificado de San Miguel, Abilio de la Cruz, Zacarías del Santísimo Sacramento, José María de Jesús. Hermanos legos: Pablo María de San José, Benito de la Virgen del Villar, Anacario de la Inmaculada, Esteban de San Gabriel y Felipe de San Miguel.

NOTA: también fueron asesinado en Alcázar de San Juan dos Padres Escolapios, procedentes de fuera de la Diócesis: he aquí sus nombres: P. Luciano Menasalvas y P. Pedro Rivas.

OTRA NOTA: algunos de los Religiosos asesinados, que figuran en las anteriores relaciones, no sufrieron la muerte en los pueblos donde radican sus Conventos, sino en pueblos distintos dentro y fuera de la provincia.

MONJAS Y RELIGIOSAS: Casi en su totalidad fueron arrojadas de sus Residencias, con insultos y amenazas, acogiéndose en casas particulares. Algunas estuvieron detenidas en las cárceles más o menos tiempo. Ninguna, que sepamos, fue materialmente maltratada ni fusilada.

Don Matías Álvarez Rivera, Párroco de Villarta, en Daimiel.

Don Arcadio Álvarez Sobrino, en Cabezarados.

D. Tomás B. Pérez Serrano, en Infantes.

D. Vicente Borrell, en Tomelloso.

D. Gabriel Campillo Villena, en Montiel.

D. Felipe Campos Aparicio, en Torrenueva.

D. Aníbal Carranza Ortiz, en La Solana.

D. Domingo Chacón Bellón, en Valdepeñas.

D. Andrés Díaz Muñoz, en Villamayor de Calatrava. Era párroco de este pueblo, pero fue sacado de la Cárcel Provincial.

D. Rafael Fernández Fernández, en Abenójar.

D. Santiago García de Mateos, en Daimiel, (dícese que, atado con cuerdas a un automóvil, fue arrastrado por las calles del pueblo.

D. Enrique García Mateos-Aparicio, Párroco de Puertollano, en Almodóvar del Campo o por lo menos fue sacado de esta cárcel.

D. Demetrio García de la Torre, en Guadalmez de cuyo pueblo era párroco, no constando donde fue asesinado.

D. Félix González Bustos, Párroco de Santa Cruz de Mudela, en Valdepeñas.

D. Miguel González Calero, párroco de Hinojosas de Calatrava, fue asesinado en Santa Cruz de los Cáñamos o en Puebla del Príncipe.

D. Francisco de P. Herreros, en Las Labores.

D. Bernabé Huertas Molina, en Socuéllamos.

D. Prisco R. Isasi Martín, Párroco de Corral de Calatrava. Le sorprendió el Movimiento en Ciudad Real y aquí fue detenido, ignorando donde fue asesinado.

D. Julio López Donoso, en Retuerta del Bullaque, de donde era párroco, ignorándose donde fue asesinado.

D. Antonio Martínez Jiménez, en Alcázar de San Juan.

D. Justo Martínez Rodríguez, en Almodóvar del Campo.

D. Juan Félix Molina Treviño, en Almedina.

D. Santos Naranjo Muñoz, Párroco de Almagro, estaba detenido en la Prisión Provincial, de donde fue sacado, ignorándose el lugar de su asesinato.

D. Avelino Ortiz Carrasco, Párroco de Membrilla, ignorándose el pueblo donde fue asesinado.

D. Joaquín Roldán Fernández, Párroco de Miguelturra, dícese que fue asesinado en Ciudad Real.

D. Orosio Sánchez Alcántara, en Argamasilla de Alba.

D. Victoriano Sánchez Camacho, Párroco de Terrinches, detenido en la  Prisión Provincial, de la que fue sacado y asesinado se supone en Carrión de Calatrava. Sus compañeros de prisión, supervivientes, están admirados de las muestras de fe y de fervor sacerdotal que dio durante su cautiverio y de su labor espiritual confesando y exhortando continuamente a bien morir a los detenidos con él.

NOTA: Los comprendidos en la anterior relación eran párrocos.

Otra relación de sacerdotes asesinados en los pueblos, que ejercían diversos cargos

D. Ángel Avengózar Sánchez, Coadjutor, en Alcázar de San Juan.

D. Federico Avengoza Ramón de Moncada, Coadjutor, en Herencia.

D. Carlos Álvarez Rodríguez, Coadjutor, en Herencia.

D. Justo Arévalo Mora, Capellán, en Santa Cruz de Mudela.

D. Isidro Arroyo Chacón, Capellán, en Manzanares.

D. Gabriel Arroyo Mascaraque, Coadjutor, en Manzanares.

D. Bernardo Atochero López, Adscrito, en San Pedro. De este se dice en el pueblo que fue enterrado vivo.

D. Victoriano Beamud Sañoso, Coadjutor, en Criptana.

D. Emilio Benítez Gutiérrez, era Coadjutor de la Parroquia de Malagón y se dice que fue asesinado en Madrid.

D. Pedro Morales Buitrago, Coadjutor, en Santa Cruz de Mudela.

D. Jaime Cabañero Cabañero, Coadjutor, en Puertollano.

D. Ramón Campillo Villena, Coadjutor, en Daimiel.

D. Emiliano Campillo Raez, Capellán, en Daimiel.

D. Clodoaldo Cañizares Tejero, Coadjutor, en Alcázar de San Juan.

D. Tomás Domínguez Baeza, Coadjutor, en Pedro Muñoz.

D. Modesto Dopazo Maján, Capellán, residía en Daimiel, fue traído a Ciudad Real y aquí fue asesinado, sin saber el día y el lugar.

D. Antonio Espadero Morales, Coadjutor en Infantes, fue conducido a su pueblo natal –La Solana- y aquí fue asesinado con otros sacerdotes, sordos los asesinos a las súplicas y lamentos y lágrimas de su madre, viuda necesitada, a la que sostenía el hijo.

D. Enrique Fisac Aranda, Capellán Castrense retirado, en Daimiel.

D. José García Carpintero, Coadjutor, en Valdepeñas.

D. Antonio García Cobos, Adscrito, en Herencia.

D. Pedro García Sotoca, Coadjutor, en Valdepeñas.

D. Cristino Gaviña Herecia, Coadjutor, en Membrilla, del que se dice que fue martirizado con prolongados refinamientos.

D. Jesús Gigante Ruiz, Coadjutor, en Valdepeñas, del que lo mismo que del anterior se dice que fue horriblemente mutilado antes de darle muerte.

D. Francisco López de la Manzanara, Coadjutor, en Manzanares.

D. Manuel López Villalta, Coadjutor, en Membrilla.

D. Juan Lorente Gómez, Capellán, en Manzanares.

D. Manuel Maroto Sánchez, Capellán, en Valdepeñas, del que se dice que fue enterrado vivo.

D. José Martín Jiménez, Capellán, en Valdepeñas.

D. Alfonso M. de las Mulas, Capellán, en La Solana.

D. Vicente Mascaraque González, Adscrito, en Manzanares.

D. José María Mayor Macías, era Coadjutor en Tomelloso, fue traído a la Prisión Provincial y desde aquí fue conducido al suplicio, ignorando las circunstancias.

D. Tomás Mellado Pérez-Valiente, Capellán, en Manzanares.

D. Antonio Moraleda González, Coadjutor, en Criptana.

D. Aurelio Moreno Cruz, Capellán, en Daimiel.

D. Ángel Muñoz de Morales, Coadjutor, en Almadén.

D. Manuel Antonio Muñoz Pedrero, Capellán, en Criptana.

D. Amador Navarro Lorente, era Coadjutor en Tomelloso y fue traído con otro compañero a la Prisión Provincial y de aquí sacado para el suplicio, sin saber las circunstancias.

D. Franco Nieto Gallego, Capellán, en Criptana. Cuentan que fue asesinado en la casa en que vivía, juntamente con sus sobrino, violando antes a la sobrina. Son referencias que han llegado hasta aquí, sin que pueda precisarse el origen y menos su confirmación.

D. Candelas Núñez Polo, Adscrito, en Villarrubia de los Ojos.

D. José Pardilla Moraleda, Coadjutor, en Manzanares.

D. Especioso Perucho Granero, Coadjutor, en Criptana, para cuyo asesinato, dícese, que se emplearon medios refinados.

D. Alejandro Prieto, Adscrito, en Puertollano.

D. Roque Rivas Peralta, Capellán, en Moral de Calatrava.

D. Francisco Rodríguez de Guzmán, Coadjutor, en Daimiel.

D. José María Rodríguez Madridejos, Capellán en Santa Cruz de Mudela, asesinado en Valdepeñas.

D. Miguel Ruiz Pérez (estaba con licencia en Madrid)  Y allí fue asesinado. Antes había residido en Ciudad Real. En Madrid era redactor del periódico ABC.

D. Antonio Sánchez Amador, Coadjutor, en Fuente el Fresno. No se sabe aquí donde fue asesinado.

D. Rafael Sánchez de Milla, Coadjutor, en Daimiel.

D. Jesús Sánchez de la Nieta, Adscrito, en Herencia.

D. Faustino Santos Jimeno, Coadjutor, en Alcázar de San Juan.

D. Sebastián Tapia Jiménez, Coadjutor, en Herencia.

D. Eufemio Tercero Rodríguez, Adscrito, en Carrión de Calatrava.

D. José Velasco Jiménez, Coadjutor, en Moral de Calatrava.

D. Domingo Villegas Muñoz, Coadjutor, en La Solana.

D. Eloy Serrano Díaz-Mayordomo, de la diócesis de Toledo, que residía accidentalmente con su madre y una hermana suya en La Solana, enfermo en la cama, de la que a viva fuerza fue sacado y conducido a la cárcel, siendo a los pocos días asesinado. Antes habían corrido la misma cruel suerte dos hermanos suyos y su cuñado.

En total fueron asesinados 95 sacerdotes.

NOTA: también lo fueron dos seminaristas de aquí, que cursaban sus estudios en la Universidad Pontificia de Comillas (Santander) en cuyo centro docente fueron sacados con otros muchos para el martirio.

EL OBISPO. Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Don Narciso de Esténaga y Echevarría apenas estalló el Movimiento fue hecho prisionero en su propio palacio, donde los rojos pusieron guardia permanente. Así estuvo sufriendo muchas vejaciones y amenazas de muerte hasta que fue arrojado de su palacio, refugiándose entonces –del 10 al 12 de agosto- en la casa de D. Saturnino Sánchez Izquierdo –que también fue asesinado después- donde permaneció hasta el 22 del mismo mes de agosto, en que siendo conducido por milicianos armados al lugar conocido por Peralvillo Bajo, a unos ocho kilómetros de la capital, fue fusilado. No se consignan más detalles y circunstancias porque no han tenido confirmación.

Don Julio Melgar Salgado, Capellán del Prelado, corrió la misma suerte que él.

Don Fermín Isasi Gondra, Penitenciario de la Catedral, sabiendo concretamente que se negó a despojarse de la sotana, a pesar de las repetidas instancias de los asesinos, afirmando momentos antes de llevárselo a la muerte, que la Religión es indestructible y por lo tanto que trabajaban en vano contra ella. Suplicó que lo dejaran unos momentos terminar el rezo del Oficio Divino.

D. Eduardo de Dios Villacañas, Beneficiado de la Catedral.

D. Francisco F. Granada, Beneficiado de la Catedral.

D. Manuel Contreras López, Habilitado del Clero y Coadjutor.

D. Juan Herrero Carrero, Profesor del Seminario.

D. Francisco S. Sojo, Mayordomo del Seminario Conciliar.

También fueron asesinados fuera de la capital los sacerdotes de la misma siguientes:

D. Evaristo Quirós Quirós, Chantre de la Catedral, en Madrid.

D. Luis Castellanos Caravaca, Canónigo, en Alcázar de San Juan.

D. Angel Urriza Berraondo, Canónigo, en Bircayer.

D. Pascual Carda Saporta, Rector del Seminario, en Castellón.